El Código Civil determina que las deudas tienen fecha de caducidad que varía entre una u otra según su tipología. Preguntar cuándo prescribe una deuda es cada vez más común debido a la crisis que muchas familias están enfrentando. Más allá de las fechas estipuladas por las normativas vigentes, existen otros factores que afectan de forma directa a su prescripción. Precisamente estos factores son los que convierten a muchas deudas en eternas.
Acciones que interfieren la fecha de prescripción de una deuda
Son dos los aspectos fundamentales por los que se interrumpe el período de prescripción de una deuda establecido por ley. El primero es que el acreedor inicie las gestiones para el cobro, dentro del tiempo que transcurre después del último plazo hasta su caducidad, por cualquier vía que se pueda documentar.
El segundo factor importante, es que el deudor manifiesta una aceptación expresa o tácita de la deuda que posee. Y si además lo realiza por vía judicial, es probable que se indique que la misma no posee prescripción. Todo depende de cada empresa y de la cuantía adeudada.
Plazos para que la deuda prescriba
En las deudas sin plazos establecidos, el Código Civil tiene un marco general que establece 5 años para su prescripción. En otros tipos, la duración está bien detallada y se dan únicamente cuando no se presentan las acciones anteriormente mencionadas.
Hipotecas, 20 años
Préstamos bancarios, 15 años
Tarjetas de créditos, 5 años
Vivienda, pensión de alimento, suministros, 5 años
Es importante aclarar que si el acreedor inicia una gestión de cobro antes de pasado el plazo, el tiempo comienza a correr nuevamente desde cero.
Un poco de esperanza
Todo parece indicar que, aunque existen plazos definidos de caducidad de deuda, los acreedores nunca permiten que se cumplan. Pues tienen sus propias estructuras para gestionar y no permitir que el deudor quede libre de responsabilidad.
Sin embargo, es bueno aclarar que en ocasiones se puede incurrir en el olvido, lo cual no es común. Lo que sí es que es más probable que en determinados sectores, como por ejemplo las telecomunicaciones, dejen prescribir las deudas. De hecho, muchas empresas ya tienen incluidos entre sus costos fijos a los morosos. Con cuantías pequeñas es más económico mantener morosos que iniciar gestiones de cobro.